Las Jornadas Andinas de Literatura Latinoamericana Estudiantiles (JALLA-E) bien pueden ser consideradas una versión apócrifa de las JALLA académicas (sin la ‘E’ al final) que bienalmente realizan los estudiosos consagrados de las universidades latinoamericanas en distintas ciudades del continente. Con un presupuesto modesto, con menores posibilidades de apoyo de las universidades a la asistencia de ponentes (que para viajes internacionales privilegian las investigaciones de sus docentes), menos tiempo de preparación, y una estructura organizativa menos consolidada (pues al ser organizadas por estudiantes de pregrado siempre prontos a obtener su título no se puede garantizar la permanencia de las cohortes, que están relevándose constantemente), la organización de un evento de esta magnitud se convierte en toda una aventura, más aún si la sede es Colombia, y mucho más si se propone en una ciudad como Cali, famosa por su aparición en las listas negras de las guías turísticas internacionales.
Con estos factores aparentemente adversos se realizó en la ciudad entre el 11 y el 16 de septiembre de 2006 la octava edición de este evento, que logró reunir en
Jalla-E también contó con la participación de reconocidos académicos, escritores e intelectuales de Colombia, entre los que se destacan el escritor y crítico Álvaro Pineda Botero (Universidad Externado de Colombia), el escritor, crítico y gestor cultural Guido Tamayo, y los profesores Juan Moreno Blanco, Laura Lee Crumley, Óscar Osorio, Julián Malatesta (Julián Jiménez Pimentel), Gustavo Aragón Holguín, Hernando Urriago Benítez, de la Universidad del Valle, el gestor cultural y profesor Alberto Rodríguez (Fundación Casa de
El evento se desarrolló a partir de la presentación de conferencias, la lectura de ponencias, la participación en talleres y la realización de recitales que nos permitieron el intercambio y la construcción de vínculos entre estudiantes de Chile, Perú, Venezuela y Colombia, intercambio que no se dio solo en el campo intelectual y académico, sino en otros aspectos culturales que desde los trueques de libros, poemas, relatos, revistas, música, películas, artesanías, hasta la interacción ligüística, gastronómica, etílica, e incluso, afectivo-eflúbica, nos hacen concebir este evento como algo que trasciende la fría formalidad académica, y que nos recuerda que a la par del trabajo intelectual siempre está la dionisiaca forma de ser latinoamericano, que para construirnos como sujetos de un continente no es necesaria solamente la existencia de la discusión y la investigación, sino también el concurso de la de la amistad, la camaradería, y el afecto.
Quizás, como conclusión de esta reseña, podemos resaltar la temprana conciencia y el interés de los estudiantes por trascender la visión europea y eurocentrista del hombre y la mujer latinoamericanos que aún hoy día es paradigma en nuestro contexto, en nuestras academias, particularmente en las que se ocupan del estudio de la literatura. Urge, como lo plantea el chileno Nelson Osorio, ‘latinoamericanizar los estudios literarios latinoamericanos’, para tener una mejor comprensión de lo que, como hijos de este hermoso continente, nos une en tanto pueblo (en singular) y nos diferencia como culturas (en plural).
Presentamos a su consideración las memorias de este magnífico evento que desde el ardiente espíritu de los jóvenes de Latinoamérica siempre ha dejado imborrables marcas en quienes han participado de él. Fue para nosotros, los estudiantes de la Universidad del Valle y del Nodo Cali de
Confiamos plenamente en que la próxima edición de las JALLA-E, en
( * ) Universidad de Santiago de Santiago de Chile, Universidad de Concepción (Chile), Universidad de los Andes (Mérida, Venezuela), Universidad Nacional de Educación “Enrique Guzman y Valle” y